17 agosto 2006

Mirar los árboles

Amigos aprovechen que todavía los árboles caducos están desnudos, para mirar en detalle las ramificaciones. Lo que se ve es una estructura de tronco y copa que va creciendo según su información genética, para exponer las hojas a la luz. En las puntas las ramitas nacen de a dos, de a una, de a varias dispuestas alrededor como en un anillo, etc. De ahí para abajo, en la ciudad, los ejemplares están muy arruinados por las podas. Si es que verdaderamente se consideran como interesantes conformadores del paisaje no deberían torturarse de modo que queden como artríticos. (¿Era que dios estaba en los detalles?) Nosotros nos perdemos esas maravillas de forma.
Me han prestado un hermoso libro sobre este tema: Tropical Trees and Forests de F. Hallé, R. A. A. Oldeman y P. B. Tomlinson,
Springer-Verlag Berlin Heidelberg New York 1978. Habla de los modelos de ramificación, que son diferentes según las especies (aunque no hay tantos modelos como especies).
Les animo a mirar en algunos parques o en el campo aquellos ejemplares que han podido desplegar su arquitectura propia. En el Parque a la Bandera, frente al Concejo, se pueden ver ahora tilos desnudos, ceibos, palos borrachos y algunos gingkos que no se han deformado.
Y una foto del barrio: dos plátanos uno podado y otro no y cómo se destruye la armonía de las puntas cuando, para sobrevivir, el árbol reemplaza lo suprimido por una formación de urgencia.

11 agosto 2006

Perdón Grela

Ayer estaba parada en el semáforo de Corrientes y San Lorenzo y miraba esa reproducción de Grela tamaño gigante en la pared de un edificio. Miraba esa pared con aparatos de aire acondicionado y ventanitas de baño, arriba de los cuales (y como si no se vieran) está esa pintura. ¿Qué diría Grela si pudiese verla?
¿No hubiera sido más respetuoso pintar cuadros de artistas vivos que pudieran decir sí o no a la propuesta? ¿O mejor, artistas que hubiesen diseñado murales para esos lugares?
Porque un mural es otra cosa que un cuadro de caballete, está pensado para un tamaño, para una luz, con una factura determinada (y el cuadro de caballete en la propia).
Hay muchos profesores pero pocos maestros. Juan Grela era uno de ellos. El no sólo enseñaba pintura sino intentaba que los alumnos bucearan en la profundidad de la vida e hicieran todas las cosas con seriedad. Tantas veces recorrió con nosotros las exposiciones, deteniéndose en los detalles del dibujo, del color, de los elementos de la composición. Con tanto cariño por el cuadro, con tanto respeto por los pintores. Si lo conocí un poco, creo que no le hubiera gustado esta transposición brutal de su obra tan cuidada a la pared urbana, y no precisamente porque no creyera en el derecho de todos a educarse. ¿Quien sabe si la familiaridad con el arte consiste en estas acciones o en los rompecabezas de cuadros famosos? Yo sé que a mucha gente le ha gustado la idea pero me gustaría saber la opinión de los artistas.