28 marzo 2007

Si me hubiese recibido la titular de Patrimonio...

Le habría expresado mi preocupación por que en la Municipalidad de Rosario parece que lo único que interesa es el patrimonio edificado, especialmente el que está en manos privadas (porque el edificio de las oficinas del FFCC en calle Wheelwright fue remodelado y no quedó más que la torre, la pajarera transparente del P. Independencia fue cerrada, etc.,etc., y del Patio de la Madera mejor ni acordarse…). Le habría señalado que tenemos en la ciudad una serie de otros elementos patrimoniales paisajísticos como los arbolados de las calles y avenidas, algunos parques y varias plazas. El Parque Alem, parte del Parque Independencia, conjuntos como la Plaza Alberdi-bajada Puccio, el Parque Norte. De ellos y de tantas plazas, el diseño, el lenguaje, las vistas y los usos, por supuesto. Tenemos el paisaje casi “natural” que es el río y las islas, cuya contemplación está cada vez más jaqueada por bares, restaurantes, gimnasios, estacionamientos y toda clase de inclusiones. Tenemos o teníamos acceso al río por los bajos también cada vez más jaqueados. Por las acciones y las propuestas del ejecutivo, se tiene la impresión de que ese patrimonio no se aprecia.
En realidad el tema del patrimonio es una cuestión cultural que varía con los tiempos. Desde los primeros años del siglo XX el Movimiento Moderno quería construir un mundo nuevo para el hombre nuevo. Si estudiamos la historia del arte, en Europa hubo oleadas de apego a lo antiguo y de revoluciones en contra, un ir y venir de aprecios y denuestos. No es pecado reformar, hay quien dice que la ciudad es una permanente demolición y construcción. Pero si se habla tanto de patrimonio…sería coherente tener una mirada que trascienda las edificaciones.
Para conservar los paseos que se categoricen como interesantes, hay que tener un equipo técnico que los sepa valorizar, reparar de manera consistente y mantener. Están en dominio del ejecutivo y es responsabilidad pública conservarlos o arruinarlos. Son dignos de conservar en la medida que los habitantes así lo consideren. Por eso hay que difundir sus valores, para que la gente también los conozca.
No le hubiera criticado el diseño de la reforma del Parque Norte porque el pedido de audiencia fue anterior a la obra, no le hubiera criticado el diseño del sector del Parque Independencia (Moreno y Cochabamba),por la misma causa. Todavía no había escuchado como escuché después, que no era un diseño de un equipo multidisciplinario (paisajistas, ingenieros agrónomos y sociólogos por lo menos) sino de estudiantes de arquitectura que en su vida estudiaron ni una materia de paisaje. ¡No le hubiera criticado convertir un templete del Parque Alem en confitería, porque ese es un regalo de los últimos meses!
Más o menos todo esto le hubiera dicho, y además que considero al aire y al sol también patrimonio y le hubiera criticado la decisión de permitir grandes alturas en la costa que si bien tienen el río adelante, dejan atrás numerosos habitantes sumidos en la sombra total las mañanas de invierno y al calor de un tremendo radiador las tardes y las noches de verano, a más de cortar las brisas que vienen del río…