03 mayo 2007

Por la conservación de los bosques nativos

No quiero dejar pasar el día de hoy sin adherir al repudio a la tala de bosques autóctonos, que hacen las organizaciones ecologistas en Rosario. La Cámara de Senadores de la Nación dilata el tratamiento de la Ley de Bosques, y ésta nunca se sanciona.

Ya se sabe que el hombre ha tenido que desmontar regiones o replantar praderas para cultivar la tierra, para vivir. Pero todo tiene un límite, y toda acción desmedida provoca indeseables consecuencias. No se recuerda con frecuencia hasta qué punto enfermedades y catástrofes se deben a la tala de los bosques, sólo se habla de las obras que no se hicieron para paliar los resultados.

Se dice que la naturaleza repara, pero hasta cierto punto. ¿Cómo se repoblará un bosque si ya no queda una semilla? ¿Cómo se detendrán las inundaciones si la tierra ya no absorbe y el agua sólo corre sobre ella? ¿E incluso cómo se cultivará si el suelo pierde toda su capa fértil y se convierte en desierto?