14 diciembre 2006

Pasé por Montevideo

Pasé por Montevideo un domingo y volví el otro. Recorrí la extensa costa libre, accesible, llena de gente, envidiable. Muy de cuando en cuando una caleta. ¿Confiterías, bares? Del lado de la ciudad, no sobre la playa. Los edificios de 8 ó 10 pisos, en general la misma altura del barrio. Se puede ver en Google Maps. Contadas torres.
Entramos por Pocitos: hermosos plátanos desplegando su envergadura. Lo mismo en las calles céntricas. Parece que las semillas no los hacen estornudar. Las ramas altas prestan privacidad a los balcones en verano.
Siempre me he sentido en el Uruguay como en casa, y he deseado que esa amabilidad, esa preocupación por el espacio público se imitara acá. No pienso pelearme con los uruguayos. Nuestras autoridades deben resolver los problemas con el amor con que se resuelven los diferendos entre hermanos. Que en mi nombre no se tomen medidas agresivas ni destempladas.