28 julio 2006

Los arbolados son conjuntos

Sr. arquitecto:

En general las calles de la ciudad están arboladas. La repetición de ejemplares de la misma especie a lo largo de ambas veredas, es una disposición rítmica que establece una relación con la cuadrícula. Esa geometría nos retrotrae a los albores de la agricultura, a las primeras culturas urbanas. A un uso del material vegetal que se va uniendo indisolublemente a la definición de parcelas, a la consolidación de caminos, a la formación de aldeas y en general a los trazos que va dejando el hombre sobre la tierra, y que por miles de años ha persistido.
Esta forma de plantar, ha resultado ser muy apropiada, conformándose una bóveda continua a lo largo de las vías de comunicación, a la vez que los troncos separan virtualmente el espacio de circulación de peatones de los vehículos. Una bóveda alta sobre las cabezas, en escala con la ciudad, tupida en verano nos protege del calor. Bóveda que persiste en invierno con las ramas desnudas definiendo el espacio y a la vez dejando pasar el sol.
La doble hilera, desde el punto de vista paisajístico, constituye una unidad que se estructura en forma independiente de la altura de las edificaciones. A la vez el conjunto esta formado por elementos iguales pero con sutiles diferencias, cada árbol, cada tronco, cada hoja, una articulación atrayente que atrapa el ojo para cada distancia.
Entonces cuando proyecta, ubique la entrada de vehículos de forma que respete el arbolado, durante la obra proteja los árboles existentes sin acumular materiales al pie ni producir heridas y, si no hay ejemplares en el lugar, deje las cazuelas hechas en la vereda para que pronto se planten nuevos.
Y cuando hay árboles interesantes en el terreno, aunque no estén protegidos por la ley, traten de resguardarlos. ¿Saben cuanto tiempo tardan en crecer? Puede que se conviertan en el alma del edificio, o del centro de manzana, y constituyan el único paisaje de muchos vecinos. En Paris hay que tener permiso para cortarlos como si fuese una demolición. ¡Gracias!

AMIGOS DEL ÁRBOL Per. Jurid 706 / 95.

Este articulo fue publicado en la Revista BIO año xxx, no 291, julio 2004.